La presencia de los espíritus en nuestras vidas
Artículo redactado por Juan Miguel Fernández
Sabemos, gracias a la Doctrina Espírita, de la influencia de los Espíritus sobre los acontecimientos de la vida. Conocemos que ejercen a través del pensamiento un poder directo en muchas de las acciones que emprendemos. Y también entendemos que nunca se apartan de las Leyes de la Naturaleza a la hora de influir sobre nosotros.
Al pensar así, podríamos considerar que ponen limitaciones a nuestros actos, porque nos sentimos observados. Pero por el contrario, consideramos que puede ser posiblemente un freno a nuestras incorrectas realizaciones, ya que se nos auxilia de manera eficaz en nuestro vivir al precisar su ayuda y recibir orientación a través de las intuiciones e inspiraciones que percibimos, sin coartar la propia libertad de elegir.
Cierto día, hace ya algunos años, tras la conferencia que habíamos impartido en un querido Grupo Espírita de Andalucía, correspondíamos durante el coloquio a las preguntas que se nos estaban formulando, cuando una persona que había estado presente en el acto nos comentó:
.- Me sorprende mucho que hable usted con tanta naturalidad de los Espíritus y el “mundo espiritual”, ya que para mí esto no está tan claro.
Seguidamente, tras disculparnos, le contestamos que la manera de hablar y de sentir emanaba instintivamente de nuestro íntimo gracias al razonado conocimiento que hemos adquirido a través del estudio y las experiencias vividas a lo largo de los años y que los Espíritus habían hecho germinar en nuestra vida.
Y esta manera de expresión, este sentimiento, acompañado del alimento espiritual, es lo que desearíamos contagiar de modo claro a familiares, amigos y a todos aquellos que conviven junto a nosotros. Porque bien es cierto que cada ser humano, cada espíritu encarnado, tenemos cerca un Espíritu protector que nos vela. Pero recordemos, también, que nuestros malos pensamientos y actos podrán atraer a espíritus imperfectos que se unirán con el fin de alejarnos del buen camino en cuanto se les presente la ocasión.
Será entonces cuando se creará un enfrentamiento entre el bien y el mal, que llevará al hombre el desenlace, en función de la lucha íntima que él, y solamente él, marcará su decisión y su sintonía.
Sí, los Espíritus están presentes en nuestras vidas, pero nosotros seremos quienes decidiremos con el comportamiento, si será beneficioso o perjudicial para nuestra evolución espiritual.