Hechos que prueban
Conferencia realizada por Juan Miguel Fernández Muñoz para el Congreso Espírita Nacional del 2009
Hablar de la muerte y de los muertos, especialmente, es algo que nos sumerge en una gran tristeza.
Primero porque sabemos que cuando a nuestro cerebro le falte la oxigenación que llega a través de la sangre, en ese proceso biológico llamado “anoxia” que dura aproximadamente entre seis y ocho segundos, morirá y consecuentemente nuestro cuerpo físico también y esto ha de llegar algún día a cada uno de nosotros, a pesar de los esfuerzos de la ciencia para prolongar nuestro futuro de vida, porque es un fenómeno fisiológico.
Es también triste hablar de la muerte porque los seres queridos que viven y han vivido con nosotros, que compartieron nuestras vidas, experiencias, anhelos, ilusiones y proyectos, llegará un día en que ya no estarán físicamente a nuestro lado y esto nos produce lógicamente desconsuelo y pena.
Pero curiosamente afecta mucho más a todos aquellos que no conocen las relaciones que existen entre el “mundo invisible” y el “mundo físico”.
La muerte es un fenómeno inherente de la vida que no debemos dejar de considerar, es apenas el cambio de lugar por parte del espíritu.
El hombre conoce muy poco sobre su destino tras la muerte. En verdad huye, deliberadamente, de cualquier tema que intente “desvelar” el “otro lado”, porque sus intereses inmediatistas quedan perturbados ante la posibilidad de supervivencia. Por otra parte, existe un miedo archimilenario injertado en la mente occidental que concierne al despliegue negativo de la vida extra-tumba. De manera general, las religiones occidentales presentan un cuadro oscuro, impreciso e incluso terrorífico, del país de la muerte.
Hablar en estos días de la muerte es encender una luz de esperanza. Y para ello debemos comenzar diciendo que la continuación de la vida es una realidad y que vamos a aportar en esta tarde varios datos constatados que confirman este comentario.
Si desde la más tierna edad se crease el hábito o la costumbre de meditar, considerando que la conciencia no muere, permanece, la muerte perdería su efecto tabú de aniquiladora, odiosa destructora del ideal, del ser, de la vida.
El tradicional enigma de lo que sucede después de la muerte debe ser de interés relevante para el hombre, que debe encontrar el camino para descifrarlo.
La curiosidad por lo desconocido, la tendencia de investigar los fenómenos, son atracciones para la mente que el hombre debe aspirar a sondear para conocer qué es lo que ocurre al otro margen de la vida.
Y es de allá que han estado viniendo inagotables informaciones, noticias, nuevos desafíos, demostrando a todos la indestructibilidad de la vida, rompiendo el engañoso silencio y el falso reposo de los “fallecidos”.
Fueron aquellos que atravesaron la frontera, los que volvieron para aclarar el acontecimiento mortuorio, hablando de la inmortalidad del alma a la que habían retornado.
Sus lecciones propiciaron el surgimiento de la fe religiosa, de los cultos
– aún de los más extravagantes- de algunas filosofías, pero no superando a la “Doctrina Espírita” presentada por el gran pedagogo francés “Allan Kardec” e inspirada por los Espíritus Superiores.
Allan Kardec entrevistó espíritus diversos, de categorías diferentes; captó con muy buen sentido la vida en el más allá y trató de mostrarle al hombre en dónde están sus verdaderos intereses, ante la certidumbre de la supervivencia tras la muerte. Kardec demostró que la educación integral del hombre en la Tierra sólo será posible cuando la inmortalidad y la reencarnación formen parte de sus bases y premisas.
Resultado de perfeccionadas observaciones y experimentos de laboratorio, han probado la sobrevivencia del ser a su descomposición orgánica, demostrando que hay transformación, nunca aniquilamiento. La conciencia sobrevive al instante final.
Muchos científicos se han consagrado al estudio de los fenómenos de supervivencia a la muerte corporal, al punto de haberse efectuado en Brasil y demostradas públicamente a través de la televisión, materializaciones tangibles del espíritu.
Según los trabajos de investigación del Doctor Joseph Rhine en el laboratorio de Parapsicología de la Universidad de DUKE (North California-EE.UU.), ya se han “colocado” en el plano científico, en forma probada, los fenómenos de materialización de cuerpos fluídicos, probando así la existencia del alma después de la muerte física.
Los fenómenos mediúmnicos de “ectoplasmía” estudiados por el Premio Novel de “Fisiología” de 1.913 CHARLES RICHET, de videncia, psicofonía, psicografía y los más modernos estudiados por la “metaciencia”, que se valen de complejos aparatos como son el “SPIRICÓM” y “VIDEOCÓM” atestiguan la continuidad e independencia del espíritu a la muerte del cuerpo.
En los últimos tiempos la certidumbre en cuanto a la supervivencia aumenta día a día, y a medida que las evidencias se consolidan se han ido incorporando diversas observaciones que así lo confirman:
“Los recuerdos de episodios vividos en épocas anteriores que apuntan hacía la reencarnación a través de la regresión hipnótica, realizada por reconocidos profesionales clínicos.
El conocido actor norteamericano GLEN FORD en cierta ocasión fue llevado a través de la terapia regresiva a otra existencia, a otra vida. Y en estado de hipnosis llegó a ejecutar un concierto para piano al recordar que anteriormente había sido un gran concertista noruego. Esta información fue confirmada oficialmente, existiendo una amplia documentación que verifica dicho fenómeno”.
“Las investigaciones sobre los niños que recordaban haber vivido en la Tierra una vida anterior a la actual, realizadas por el que fue Director del Instituto Indiano de Parapsicología Profesor Hamendra Nath Banerjee que dejó reflejadas en su libro “Evidencias de la memoria extracerebral”, así como del Doctor Ian Stevenson, Director de la División de Parapsicología, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Virginia en EE-UU, que relató en su trabajo “Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación”, del Fundador del Instituto Brasileiro de Pesquisas Psicobiofísicas (IBPP) Profesor Hernani Guimaraes Andrade que nos habla en su obra “Muerte, renacimiento, evolución” (Una Biología Trascendental), de que la vida no “comienza en la cuna y termina en la sepultura”, como atestiguan los materialistas.
Asimismo los estudios con base científica nos confirman sorprendentemente la correlación entre las marcas y defectos de nacimiento de los niños investigados y las sufridas por aquellos que tuvieron personalidades anteriores, existiendo claras coincidencias.
El científico Dr. Jim Tucker, Psiquiatra Clínico de la Universidad de Virginia ha estudiado y documentado más de 2.700 casos, sucedidos en Asia, África Occidental, América del Sur y Estados Unidos, destacando entre otros muchos, los niños “GUS´ ORTEGA” y “IAN´S HAGEDORN” en EE.UU.
Ambos recordaron y contaron cómo habían muerto y dieron datos concretos a la edad de cinco o seis años de haber vivido otras experiencias en los cuerpos físicos de sus abuelos cuando ellos vivían. El abuelo de Gus´ Ortega murió de un infarto y el de Ian´s Hagedorn de un tiro en el corazón cuando era policía, antes de que los dos nacieran.
El Profesor Erlendur Haraldsson, Psicólogo de la Universidad de Islandia, se trasladó a Sri Lanka para estudiar sobre la niña DILUKSHI´S, que continuamente manifestaba que no se sentía parte de su actual familia.
Ella recordaba haber muerto ahogada de pequeña en otra aldea, otros padres y otros hermanos de los que sentía añoranza.
Después de diversas entrevistas e investigaciones localizaron por fin a la familia anterior, a 600 kilómetros de distancia de la ciudad donde vivían. Se concretó un encuentro donde ambas familias se reunieron y DILUKSHI´S reconoció su casa, a sus padres y hermanos anteriores, sus antiguas pertenencias, así como el paraje donde ella murió y que había sido descrito con anterioridad fielmente.
Según el Profesor Haraldsson los recuerdos de otra vida, los datos específicos son imposibles de simular si no se han vivido.
Sigamos con las observaciones:
“Las visiones de moribundos en fase terminal que demuestran la presencia de familiares y amigos difuntos que normalmente les vienen a buscar”.
Así como casos observados por pacientes en estado pre-agónico, que eventualmente declaraban a médicos y enfermeras estar presenciando visiones de parientes y conocidos, paisajes y seres extraños que los dirigían a un plano de existencia diferente, encontrándose confundidos por el contraste de las visiones, ya que esperaban, según sus creencias, el paraíso o el infierno que les habían inculcado las religiones.
“Las experiencias de casi muerte (E.C.M.) durante las cuales el resucitado permanece consciente y es capaz de captar otro nivel de existencia en el más allá y relata posteriormente lo que observó durante su muerte aparente”.
La muerte ya no es la misma. Hoy día un corazón parado no significa que su dueño vaya, necesariamente, a pasar para el otro lado. Gracias a una serie de procedimientos médicos y de un aparato llamado “desfibrilizador”, una parte razonable de los pacientes dados como muertos han sido “resucitados” en las Unidades de Terapias Intensivas de todo el mundo.
Varias de esas personas tienen historias para contar. Son historias que desconciertan a la ciencia con preguntas muy difíciles, y que sólo ahora comienzan a ser respondidas.
Citaremos tan solo una de los 344 casos estudiados por el prestigioso Cardiólogo Pim Van Lommel efectuados en el “Hospital Rinjstate” de Holanda:
“Un infarto fulminó a un hombre de 44 años en la ciudad holandesa de Arnhem y le sobrevino un colapso. Una vez ingresado las enfermeras procedieron a entubarle y le extrajeron la prótesis dental. Y tras varias descargas eléctricas sobre el pecho la línea vital del paciente volvió a palpitar: “había resucitado”.
Días después aquel hombre salió del coma y en cuanto pudo hablar se dirigió a la enfermera agradeciéndola su ayuda y rogándola que le devolviese su prótesis dental que le habían extraído y que habían guardado en una pequeña caja del control médico. Lógicamente la enfermera sorprendida enmudeció.
Él explicó que lo recordaba todo y la aseguró que cuando estaba en el quirófano sintió que salía de su cuerpo y observó la escena con todo lujo de detalles.
Muchos de los que estuvieron en la frontera de la muerte relatan experiencias que la lógica de los vivos nos dice que no podrían ser recordadas por personas con actividad cerebral nula.
El Dr. PIM VAN LOMMEL afirmó: “No sé si nuestra investigación demuestra que el alma existe. Depende de lo que se entienda por alma; en todo caso, ahora sabemos que la conciencia sigue existiendo a pesar de que no haya actividad cerebral, cuando el paciente presenta “encefalograma” plano”.
La prestigiosa revista científica “THE LANCET” ha publicado recientemente una investigación sobre “ENCUENTROS CERCANOS CON LA MUERTE”, pero lo más importante de dicho estudio es que “YA” cuestiona la identificación simplista entre la mente y el cerebro, y que se ajusta a los patrones referidos por una revista científica.
Continuemos con las observaciones.
“Por primera vez en 8.000 años de historia, se puede decir con certeza que nuestra mente, memoria, personalidad y alma sobreviven a la muerte física.” George W. Meek. (Inventor, junto con William John O´Neil del Spiricom un sistema de doble comunicación entre esta dimensión y la postvida).
Aproximadamente desde 1.980 los investigadores psíquicos que trabajan para la Red Internacional de la TRANSCOMUNICACIÓN INSTRUMENTAL (T.C.I.), reconocidos científicos, físicos, ingenieros, técnicos electrónicos, médicos, profesores, administradores, clérigos y destacados hombres de negocio, han afirmado que el contacto con seres que han fallecido permite recibir noticias de otros planos de existencia a través de la radio, vía fax, teléfono, computadores, televisión, video, etc., es decir, de los componentes electrónicos actuales que los espíritus utilizan como instrumentos para la comunicabilidad.
Ellos están recibiendo video-imágenes en sus televisores mostrando personas y lugares en el mundo de los espíritus. Como resultado, por primera vez en la historia, nos están mostrando evidencia física de cómo es realmente la vida después de que nos deshacemos del cuerpo físico.
Esto constituye una verdadera evidencia en el sentido de que el contacto es repetible, de que ocurre en los laboratorios a través del mundo y de que está sujeto al mayor escrutinio científico.
Dentro de ese amplio colectivo de experimentadores, destacamos al matrimonio afincado en Luxemburgo Jules y Maggie Harsch-Fischbach, al investigador americano Mark Macy, Convocador de la Fundación Americana para la Investigación de la Continuidad de la Vida, Sonia Rinaldi quien lidera la mayor asociación de TCI en Brasil con cerca de 700 miembros y que trabaja con el astronauta lunar Edgar Mitchell, que participó en la misión espacial del Apolo 14, fundador del “Instituto de Ciencias Noéticas (IONS) con sede en California compuesto por más de 50.000 miembros de todo el mundo, incluyendo a algunos de los mejores científicos.
Edgar Mitchell decidió formar el grupo después de una experiencia espiritual mientras caminaba por la luna en el año 1.971, para hacer un puente entre la religión y la ciencia.
Estamos seguros que hablaremos en un futuro próximo de la Transcomunicación Instrumental, ya que actualmente son innumerables los grupos que se encuentran inmersos en este real proyecto, basta citar por ejemplo, que existen en las Universidades de Brasil, cerca de mil cátedras dedicadas a este apasionante tema.
Todos los hechos y observaciones que se puedan recopilar, al igual que todos los resultados de las investigaciones realizadas con la finalidad de poner en evidencia su realidad, se deberían analizar y juzgar, por constituir un vasto material que permitirá ampliar los conocimientos y comprender mejor la naturaleza íntima y su destino.
Cuando realizamos un largo viaje, ¿Qué es lo primero que hacemos? Actualmente ya no escribimos una tarjeta o una carta como hace años, hoy llamamos telefónicamente, enviamos un SMS: “sigo vivo”, “he llegado bien”, “vinieron a buscarme”, “estoy aquí”, y es por ello que en numerosas ocasiones, notamos la presencia de los seres ausentes que se manifiestan a través de la vibración, de una sombra, de una visión y también cuando soñamos con ellos, porque es una forma de reunirnos con nuestros seres queridos al otro lado de la vida.
“La mediúmnidad, que ha existido siempre, es una de las bases más firmes para la comprobación científica. Mediante sus variadas manifestaciones de videncia, psicofónia, psicografía, materialización, etc. los espíritus nos hablan y se identifican verificando de que la vida continúa y que los muertos siguen viviendo, a pesar de ese comentario tan extendido por aquellos que no se informan debidamente de que: NADIE HA VENIDO PARA CONTARLO.
Es razonable suponer que, si hay personalidades desencarnadas y si ellas logran comunicarse e influir en los vivos, lo podrán hacer con alguna frecuencia.
A lo largo de más de 70 años, miles de personas han recibido mensajes psicografiados por Francisco Candido Xavier en el Grupo Espiritista de la Plegaria en Uberaba, Estado de Minas Gerais.
El hombre de voz afable, que Brasil aprendió a amar, ponía la mano en la frente, cerraba los ojos, y su lápiz se deslizaba suavemente sobre el papel, sirviendo de puente entre los vivos y los llamados “muertos”. Era una persona que “había muerto” la que enviaba un mensaje para alguien, normalmente para un ser querido y vivo. El “muerto” nombraba a familiares lejanos, amigos en común; hablaba de hechos que ni siquiera su familia conocía, datos históricos, detalles minuciosos.
Basándose en la investigación realizada sobre un gran número de mensajes recibidos por Chico Xavier, el periodista Paulo Rossi Severino y el Equipo AME-SP, que actuaron cómo legítimos científicos, investigadores cuidadosos, imparciales y honrados, publicaron en 1.992 en Sao Paulo “La Vida Triunfa”, libro dedicado a espiritistas, científicos, investigadores, incrédulos, donde el autor cita…”no conozco ningún caso – ni uno solo – de alguien que no haya reconocido en ellos nombres y sucesos reales. ¿Cómo podría el médium, que recibe un sinnúmero de mensajes por sesión, tener conocimiento de tantas informaciones variadas?
Hemos vivido, vivimos y viviremos y nos reuniremos con nuestros seres queridos, si nos encontramos en la misma sintonía, en la misma onda espiritual que ellos, porque la muerte no elimina el continuismo de la conciencia tras la separación del cuerpo físico, puesto que seguimos existiendo con nuestros sentimientos, emociones, sensaciones, virtudes, así como nuestras imperfecciones.
Por todo ello debemos empezar a despojarnos de nuestros egoísmos, de nuestros apegos materiales y elevarnos por encima de lo superfluo, de lo que no trasciende.
Es un mensaje que la Doctrina Espírita que es comportamental, filosófica y consoladora, nos ofrece.